Puedes contratar adeslas online, por supuesto que puedes. Y lo mejor es que es tan fácil hacerlo que tendrás que preguntarte por qué no te has atrevido a hacerlo antes. Además, contratar online tiene una serie de ventajas respecto a otros medios de hacerlo:
Puedes ir realizando diferentes combinaciones de productos que contratas o de copagos para ir viendo el precio final. Detenerte a pensar el tiempo que necesites y, finalmente, contratar la opción que mejor te convenga porque se adapte a tus necesidades tanto en lo que ofrece como en el precio de lo que te da.
Otra de las ventajas de los contratos online es que descubres productos que, tal vez, no conocías, como los seguros dentales que ofrece esta compañía. Y puedes tomarte el tiempo que quiera en mirarlos, ver sus precios, comprobar si hay buenas críticas en Internet etcétera, hasta que una vez que tomes la decisión, añadas o no estos productos en tu contrato.
Otra de las ventajas es que puedes pensar con calma. Incluso puedes dejar a medias tu contratación para meditar o para comparar con lo que ofrecen otras aseguradoras. Nadie te va a estar presionando ni llamando para que tomes una decisión. Y eso hará que una vez que contrates, lo hagas de una forma cien por cien responsable, sin miedo a estar precipitándote o dejándote llevar por lo que otra persona quiere venderte sin valorar debidamente qué es lo que necesitas.
Pero si tienes dudas sobre lo que estás viendo y necesitas asesoramiento, siempre puedes llamar o pedir que te llamen para hacer las pregunta que te hayan quedado tras haber leído la información. Una vez que tengas claro todo, puedes decidir si haces tu contrato de forma telefónica, porque ya tenías tu decisión tomada, o si quieres volver a pensarlo y completar más tarde el formulario online.
Una vez que has hecho tu contrato online podrás consultar todos los datos en Internet y modificar lo que necesites de ser preciso. Por ejemplo, puedes cambiar el copago que has escogido si ves que vas a usar mucho el seguro y te compensa, por ejemplo, pagar un poquito más cada mes y no abonar copago alguno. O, por el contrario, poner un copago alto y una cuota baja en el caso de que no hagas un uso muy continuado de tu seguro de salud.