Los profesionales de la abogacía no se limitan a proporcionar orientación legal, tramitar documentos o representar judicialmente a su cliente en disputas como divorcios o despidos improcedentes. Además de estas funciones habituales, cualquier bufete o Abogado en Vigo también se encarga de la resolución de conflictos extrajudiciales, actuando como mediador en asuntos civiles.
Aunque el refranero advierta que «más vale un mal arreglo que un buen pleito», los abogados mediadores están especializados en alcanzar acuerdos beneficiosos para todos los involucrados. A diferencia del letrado convencional, el experto en mediación no defiende a ninguna de las partes, sino que interviene en calidad de facilitador neutral: no pretende satisfacer los intereses y deseos de su cliente, sino que las partes resuelvan su disputa en buenos términos fuera de los juzgados.
Este escenario indeseado también puede evitarse gracias a la conciliación, un mecanismo legal que ayuda a las partes enfrentadas a acercar posturas. A diferencia del mediador, la figura del conciliador es más proactiva y sugiere medidas y soluciones que desatasquen la situación y permitan avanzar hacia un acuerdo mutuo y voluntario.
Otro recurso para resolver conflictos sin pasar por los tribunales es el arbitraje. Este procedimiento concede una mayor autonomía y poder de decisión al letrado, que no se limita ya a sugerir soluciones, sino que impone un arreglo neutral para poner fin a la disputa, sin que las partes interesadas puedan rechazarlo.
La transmisión y reparto de bienes patrimoniales es especialmente litigioso. Cuando salta la chispa entre los descendientes y otros familiares, la vía judicial es inevitable, con la pérdida de tiempo y recursos económicos que sin duda acarreará. Para prevenir esta situación, los abogados pueden ser contratados como gestores de fideicomisos, de modo que planifiquen la herencia cuidando de que todo esté en orden: la escritura de testamentos, la administración de activos, etcétera.