Persiste la creencia de que la visita al odontólogo es dolorosa para el cuerpo tanto como para el bolsillo. La realidad demuestra lo contrario. Primeramente, las modernas técnicas de anestesia inhiben la sensación de dolor en la mayor parte de las intervenciones dentales. Pero además, acudir al mejor dentista Santiago de Compostela o de otros municipios no equivale a gastar una fortuna en pruebas diagnósticas y tratamientos.
Una solución eficaz para economizar el coste del dentista es contratar una tarjeta de fidelización, disponible en infinidad de clínicas odontológicas. Cierto es que conllevan el pago de una cuota anual, pero este gasto periódico compensa a aquellos clientes preocupados por su salud bucodental.
La mayor parte de los seguros médicos incluyen la asistencia dental entre sus coberturas. Así, contratar una póliza puede ser una ‘jugada maestra’ para quienes deseen conseguir un ahorro a largo plazo en sus tratamientos dentales.
El sector dental, como otros muchos, vive una cierta saturación, de la que puede beneficiarse el cliente final, pues las campañas de publicidad se fundamentan a veces en un precio más económico. Para encontrar las mejores ofertas, se recomienda utilizar comparadores de precios online. De esta forma, es posible comprobar qué clínica dispone de la relación calidad-precio más ajustada del mercado.
Una alternativa a las clínicas tradicionales es asistir a universidades. Aunque las intervenciones no son gratuitas, cuestan la mitad del precio habitual, ahorro justificado por la menor experiencia de los odontológicos que aún todavía no han completado sus estudios.
Por más que sea una obviedad, la prevención es la estrategia más eficaz para limitar las visitas al odontólogo o retrasar al máximo las estrictamente obligatorias. Así, adoptar buenos hábitos de higiene bucodental es beneficioso a medio y largo plazo para el patrimonio personal. Y es que mantener una sonrisa bonita no tiene precio.