Los sarpullidos y enrojecimientos no deberían ser el precio a pagar por lucir anillos, collares u otras joyas. Por esta razón, cada vez son más las marcas que apuestan por materiales hipoalergénicos en sus colecciones. Esto explica, por ejemplo, el uso preferencial del oro, la plata o el titanio en los pendientes gucci y de otras firmas joyeras.
Las joyas hipoalergénicas comprenden cualquier pieza diseñada con materiales y técnicas que disminuyen la respuesta alérgica del sistema inmunitario ante ciertos compuestos. En especial, los metales considerados tóxicos son los mayores causantes de la hipersensibilidad al contacto con la piel. Por esta razón, los consumidores de pieles delicadas eligen joyas con esta cualidad. Previa a su puesta en venta, la joyería hipoalergénica se somete a ensayos diversos, para garantizar su compatibilidad con la fisiología de la piel.
Este segmento, de creciente peso en el sector joyero, ha surgido como respuesta al empleo tradicional de materiales causantes de dermatitis alérgica, como el bronce, el cobre, el cadmio, el cromo y, en especial, el níquel. Este metal ocasiona sarpullidos y otros efectos adversos en un porcentaje mínimo de los consumidores; pese a ello, es inofensivo para la salud humana.
Por el contrario, la plata y el oro en sus principales aleaciones (oro blanco, oro rosa, etcétera) destacan por una alta compatibilidad con las pieles humanas. De ahí que Gucci, Pandora y otras firmas de prestigio diseñen sus colecciones con estos metales, mayormente. En particular, el oro puro, es decir, de 18 quilates al menos, es una garantía en la creación de joyas hipoalergénicas.
Como alternativas, el acero inoxidable goza de creciente fama en el mercado de los hipoalergénicos. Las aleaciones XC45 y 430 son particularmente aptas para estar en contacto con la piel, sin generar respuestas alérgicas. Lo mismo puede decirse del titanio y el acero quirúrgico.