Que su aparente sencillez no engañe: las diademas son uno de los complementos de ceremonia para niñas con mayor tradición y prestigio. Se estilan en bautizos porque su elegancia, comodidad y valor estético casan a la perfección con la solemnidad de este sacramento cristiano.
Su diseño ergonómico y la delicada tela que recubre este accesorio logra que su tacto sea confortable y suave para el bebé. Se fabrica en materiales elásticos y biocompatibles, de forma que el riesgo de causar alergias cutáneas es inexistente.
Para acertar en la elección de una diadema de bautizo, debe prestarse atención a la talla. Esta ha de ser proporcional a la circunferencia de la cabeza y armonizar con el rostro del bebé. Una diadema demasiado grande restaría protagonismo al vestido y podría generar un efecto cómico.
Respecto a su diseño, las diademas sencillas y de corte clásico son la opción más segura. Quienes busquen una estética más principesca, disponen del estilo corona. Con las flores, la pedrería y otros adornos se corre el riesgo de sobrecargar este accesorio. No hay mejor modo de despejar dudas que a través del ensayo y error en la misma boutique.
Específicamente, el color más demandado en diademas es el blanco. Las últimas tendencias apuntan a tonos como el azul celeste o el rosa pastel como una alternativa capaz de conciliar la tradición con la modernidad. Sería un error decantarse por colores demasiado chillones u oscuros.
Materiales como el raso, el encaje o el algodón son comunes en la fabricación de este accesorio. Se recomienda escoger las diademas con un cierto acolchado, para que cumplan su función sin ocasionar molestias a su portador.
Por su parte, debe procurarse que la estética de la diadema esté en consonancia con el peinado. Si tiene un cabello corto, es lógico usar diseños más finos y discretos, por ejemplo.