Con trescientos mil visitantes anuales, el Parque Natural de las Dunas de Corrubedo y lagunas de Carregal y Vixán es el más visitado de Galicia. Sus mil hectáreas están situadas entre la ría de Muros y Noya y la de Arousa, en la parte norte del mapa de las rías baixas. De todos sus reclamos turísticos, el complejo dunar es el espacio que despierta más interés y admiración entre sus visitantes.
Corrubedo presume de ser una de las dunas móviles más grandes de Europa, con un kilómetro de extensión, doscientos cincuenta metros de ancho y una altura superior a los veinte metros. Su arena blanca es visible a largas distancias, y a diferencia de otros paisajes, cambia y evoluciona con el paso de los años.
Cerca de las Dunas de Corrubedo, dos lagunas sirve de «hogar» a varios millares de aves acuáticas: las de Vixán y de Carregal, de aguas dulces y saladas, respectivamente. En sus orillas es posible avistar cercetas, chorlitejos, correlimos y otras especies singulares. De ahí que este parque sea una visita obligada para cualquier aficionado a la ornitología.
Las playas que rodean a este dunar no son menos impresionantes. Ladeira, O Vilar y Vilarcovo son opciones recomendadas para refrescarse o practicar diferentes actividades acuáticas. La más famosa, sin embargo, es Corrubedo, situada en la villa pesquera del mismo nombre.
Además, este parque natural alberga dos miradores de importancia: A Pedra da Ra y Castro da Cidá. El primero se yergue sobre el monte Castro, a unos doscientos metros sobre el nivel del mar, regalando una panorámica sugerente del cabo de Corrubedo y las rías gallegas.
A dos kilómetros de la playa de Ladeira, el mirador de Castro da Cidá proporciona una vista privilegiada de las Dunas de Corrubedo y la ría de Arousa. Como anticipa su nombre, se ubica en uno de esos antiguos asentamientos de la Edad del Hierro denominados «castros».